En los últimos días del mes de abril de 1929, en ocasión de la visita pastoral del obispo de Barcelona a la parroquia de Sant Baldiri, de Sant Boi de Llobregat, no quiso desaprovechar la ocasión para visitar igualmente el Sanatorio Frenopático Nuestra Señora de Montserrat -- que es como se denominaba en aquellas fechas -- y de ello hemos tenido ocasión de conocer a través de una nota de prensa que publicó el periódico barcelonés "La Vanguardia", que transcribimos:
"LA CASA DE SALUD DE SAN BAUDILIO
VISITA DEL DOCTOR MIRALLES
El día 27 del actual, después de verificar la visita pastoral en la villa de San Baudilio de Llobregat, el doctor don José Miralles Sbert, obispo de Barcelona, al saludarle el superior de la Casa de salud, mostró deseos de ver detenidamente la iglesia, recién bendecida e inaugurada días antes por él mismo.
Al efecto, inmediatamente de visitar la iglesia de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón, se personó en la portería del establecimiento, acompañado de su familiar señor Rodés, del señor cura párroco de la población y sacerdotes de pueblos limítrofes, siendo recibido por el padre superior del establecimiento.
Las campanas de la iglesia anunciaron la llegada del prelado, quien fue recibido por el padre capellán, revestido de sobrepellitz, con cruz y acetre de agua bendita.
Penetró en el templo acompañado de la reverenda comunidad, a los acordes de la Marcha real, ejecutada en el nuevo órgano. Después de una breve oración ante el altar mayor, visitó el doctor Miralles los altares y toda la iglesia, quedando admirado de la esbeltez y seriedad que resplandece en todo su interior.
A continuación preguntó por el número de enfermos existentes en la actualidad en la Casa, a lo cual el padre superior le contestó que mil ciento ochenta; entonces el señor obispo entró en vivos deseos de recorrer las distintas dependencias del establecimiento, accediendo gustosamente dicho padre. A su amable indicación fué visitando detenidamente los diversos pabellones. Durante el curso de la visita mostró verdadero interés en enterarse de los tratamientos empleados con esta clase de enfermos, sobre todo con los agitados. Se le hizo presente que los procedimientos mecánicos, como camisa de fuerza, cinturón, etc., etc., no se conocían en la Casa desde hacía más de quince años, y que en sustitución de tales procedimientos se emplean los baños prolongados, los medicamentos ignóticos y el encamamiento.
Al oir este relato el doctor Miralles quedó altamente complacido, pues consideraba que los procedimientos mecánicos en vez de contribur a calmar su agitación, servían para aumentar su excitabiliad nerviosa.
El doctor don Manuel Soler, subdirector del establecimiento, sumándose a la comitiva, asesoró al prelado acerca de algunos casos clínicos actuales y al mismo tiempo satisfizo las preguntas del señor obispo sobre algunos de los efectos producidos en el sistema nervioso por la morfina, cocaína y otros estupefacientes.
Quedó el doctor Miralles alta y agradablemente impresionado, así del orden que se observa en todos los departamentos, como de los dilatados y floridos parques que en ella existen; pues en conjunto tiene un aspecto de villa de recreo y expansión.
Al llegar a la portería, después de un pequeño descanso, dió la bendición a los acompañantes y se despidió afablemente, partiendo en su automóvil en dirección a la casa parroquial." (1)
(1) "La Vanguardia", miércoles, 1 de mayo de 1929. Página 12
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