miércoles, 4 de mayo de 2011

RECONOCIMIENTO VECINAL A LOS HERMANOS, HERMANAS Y EMPLEADOS DEL MANICOMIO, POR LA AYUDA RECIBIDA A CAUSA DE LAS INUNDACIONES ( ENERO 1898)

Desde la lejanía de los tiempos, las fuertes avenidas del río Llobregat han causado serios y graves problemas a su paso por los núcleos urbanos y en las zonas agrícolas de los municipios ribereños.


Existe numerosa bibliografía que recoge los testimonios de las inundaciones que en los últimos siglos han sufrido estas poblaciones, y Sant Boi de Llobregat ha sido siempre, junto con El Prat de Llobregat, de las más afectadas, posiblemente por estar situadas en el tramo final de su recorrido, antes de su desembocadura al mar.


Los Hermanos Hospitalarios de la Orden de San Juan de Dios y la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, llegaron a Sant Boi de Llobregat el día 25 de setiembre de 1895 para hacerse cargo de los hospitales psiquiátricos que, desde el fallecimiento del que fuera su fundador, director y propietario, Dr. Antonio Pujadas y Mayans, era gestionado por una Junta de Acreedores. Y habiendo transcurrido algo más de dos años de su llegada, pusieron de manifiesto sus virtudes humanas, no solamente en la asistencia de los enfermos mentales que atendían, sino también socorriendo al vecindario de su entorno cuando las circunstancias lo hacían necesario.


LAS INUNDACIONES DEL DIA 15 DE ENERO DE 1898.


El día 15 de enero de 1898 las inundaciones causadas por los fuertes temporales de lluvia asolaron numerosos municipios de Cataluña, entre ellos Sant Boi de Llobregat. Y los Hermanos, Hermanas y empleados del Manicomio, prestaron su valiosa ayuda al vecindario afectado. Pocos días después, estos mismos vecinos enviaron un escrito de reconocimiento al periódico barcelonés "La Vanguardia", que lo publicó como "Cartas al Director". Dado su interés, lo transcribo seguidamente.


"Señor Director de La Vanguardia".


Espero de su amabilidad dará inserción á las presentes líneas, dando á usted anticipadas las gracias.


Muy señor mío: Los noventa y tantos vecinos de la calle Duque de la Victoria (1) altamente agradecidos á las órdenes religiosas de los Hermanos de San Juan de Dios y Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y B. Virgen María, han creído un deber hacer pública su gratitud.


En la noche terrible del 15 del actual, los citados Hermanos, Hermanas y empleados del Manicomio, con una caridad ejemplar, se multiplicaron para prestar auxilio á estos desgraciados vecinos que suscriben. A las diez de la noche empezaron los trabajos de salvamento saliendo los carros del establecimiento con escaleras de mano sacando por el balcón á los infelices que tenían anegadas sus casas. Los primeros que llegamos a la portería del Manicomio recibíamos con alegría, en medio de tanto dolor, á los que iban llegando.


Era un cuadro sublime, conmovedor y que mostraba la grandeza de corazón de estos religiosos, varios con los hábitos empapados, sin atender á su seguridad ni á su salud, preocupados con la sola idea de salvar la vida é intereses del prójimo, siendo su único lema la caridad. ¡Qué bello y sublime cuadro ver al Padre vice-prior con agua á la cintura y un enfermo en los brazos, y á la madre superiora y algunas hermanas cargadas con niños de tierna edad !.


No solamente procuraron por nuestras vidas, sino que también á medida que íbamos llegando se nos facilitaba ropa para cambiar la que llevábamos mojada, y durante cuatro días nos han asistido con abundante comida, buena cama y satisfaciendo holgadamente todas nuestras necesidades.


Habiendo recibido tan grandes beneficios de estos hospitalarios y caritativos hermanos y hermanas, damos las gracias á todos ellos y en particular al Padre Prior, que con una actividad y celo digno de todo encomio, organizó el salvamento dando órdenes y disposiciones para que no nos faltase nada absolutamente.


Dios se lo pague y les conceda la gracia para continuar estas obras de misericordia y estén seguros de la eterna gratitud de los firmantes por los favores recibidos.


En representación y autorizados por todos los vecinos, Ignacio Salvadó, José Hugas, Felipe Porchet, Teresa Rós, José Closa, José Seroles, Manuel Solanes, Quiteria Hugas, Ciriaca Juliá, Ramón Parés, etc." (2)


(1) Actual calle del Dr. Antoni Pujadas i Mayans


(2) "La Vanguardia". 21 de Enero de 1898. Página 2






1 comentario:

Inmaculada dijo...

Me pregunto, ¿dónde estaban las autoridades del pueblo para socorrer al centenar de vecinos de la calle del manicomio?. ¿ Tal vez colapsados atendendiendo las necesidades de otros vecinos del núcleo antiguo, que siempre ha sido el más perjudicado ?. Posiblemente si.
Un buen ejemplo de hospitalidad el que dieron los hermanos y las hermanas del psiquiátrico. Todo un ejemplo.