miércoles, 30 de marzo de 2011

LOS PRIMEROS INGRESOS INFANTILES EN EL MANICOMIO DE SAN BAUDILIO DE LLOBREGAT ( MAYO 1893)

Niños del Pabellón Infantil del Sanatorio Psiquiátrico Nuestra Señora de Montserrat, de Sant Boi de Llobregat. Año 1968. (Foto: Joan Vendrell Campmany)


Cuando en el mes de agosto de 1853 el Dr. Antonio Pujadas y Mayans llegó a Sant Boi de Llobregat, con un grupo de dieciséis enfermos mentales procedentes de la "Casa de Baños y Manicomio", de la calle de la Canuda, de Barcelona, de donde había sido expulsado por el Gobernador Civil a raíz de las denuncias del vecindario, molestos por los gritos que proferían aquellas personas enfermas, y se estableció en el ruinoso edificio del antiguo convento de los Padres Servitas, abandonado a raíz de la Ley de Amortización de Mendizábal, en 1835, fundando el "Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat", todas las personas asiladas en aquel establecimiento eran adultas, y más tarde se amplió a los dos sexos. Y así continuó hasta doce años después de su fallecimiento, es decir, hasta mayo de 1893, que se amplió con ingresos infantiles, cuando el manicomio era gestionado por una Junta de Acreedores que se constituyó poco antes de la muerte del Dr. Pujadas, para resarcirse de las deudas del fundador. De ello tenemos noticia por una gacetilla aparecida en la prensa barcelonesa, informando de que " Han sido trasladados ya al manicomio de San Baudilio de Llobregat, todos los idiotas (1) que hasta ahora había en la Casa provincial de la Caridad, donde en lo sucesivo no se albergarán más alienados y si en dicho manicomio, para lo cual ha verificado con él la Diputación provincial un convenio" (2)

(1) En aquella época, los términos idiotez, idiotismo o idioncia, se utilizaba en términos médicos, para designar a las personas que manifestaban una ausencia casi total de sus facultades psíquicas o intelectuales.

(2) "La Vanguardia", domingo, 20 de mayo de 1893, página 2

2 comentarios:

Beatriz Santos dijo...

Acabo de abril el correo y encuentro el link que me envías. La imagen es descorazonadora y me han dado mucha pena estos niños tan desaliñados y en un lugar aparentemente obsoleto.

Antonia Fernandez Pérez dijo...

Si ya resulta triste ver a una persona mayor enferma de la mente, lo es todavía mucho más verlo en niños y adolescentes.