San Baudilio de Llobregat.
Existe un curioso episodio, en los primeros tiempos del Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat, que hemos conocido gracias a una biografía del Dr. Antonio Pujadas y Mayans escrita por J.L. Austín Hervella (1) , referido al primer sacerdote que llegó al manicomio poco después de su inauguración, para hacerse cargo no solamente de los actos estrictamente religiosos, sino también para participar en los llamados tratamientos morales que se aplicaban a los enfermos, como eran las clases de historia y geografía, charlas éticas y paseos por las cercanías del manicomio. También presidía una mesa en el comedor de los enfermos y vivía en el propio establecimiento, puesto que en aquellos años iniciales, la integración asistencial del sacerdote se consideraba que era muy importante, atendido que se tenían que aprovechar todas las posibilidades terapéuticas en unos momentos en que las puramente médicas, eran escasas, al tiempo que la presencia del sacerdote reforzaba considerablemente la estructura de autoridad total que ante los enfermos tenía la Dirección del establecimiento.
En Enero de 1856, el Dr. Antonio Pujadas y Mayans decía que los actos religiosos del manicomio se realizaban bajo la dirección de " ... un virtuoso cuanto tolerante sacerdote..." (2).
Dentro de este mismo año, empiezan a circular intensos rumores referidos a las relaciones impropias de este sacerdote -- mosén Joan Alsinet -- con una mujer del municipio. Se comentaban los cambios en la persona y en el aspecto físico de la mujer, haciendo referencia a un posible embarazo y a manifestaciones de la comadrona. Poco después una persona anónima colgaba una especie de manifiesto en la parte exterior de la puerta del establecimiento.
En medio de toda esta situación , y ante las críticas que el sacerdote hacía públicamente del establecimiento, fue expulsado del manicomio, al tiempo que el Administrador, D. Eusebi Nicolau, se dirigió por escrito al Obispo pidiendo que Alsinet fuera recriminado porque criticaba públicamente el manicomio. " ... teniendo noticias de que furtivamente se difama a dicho Establecimiento por el Sr. Capellán Dn Juan Alsinet que lo fué del mismo; y expulsado de él por convenir mejor al servicio del Establecimiento por justas razones y causas que el esponente por decoro a su clase calla, desea que sea recriminado por VI tan estraña como falsa conducta, puesto que en el referido establecimiento se asiste y trata como es pública y notoria a todos los alienados, con el decoro, anchura, comodidades y abundancia que exiegen sus reglamentos...al exigir de la equitativa justicia de VI el que sea severamente amonestado el referido capellán, lo haya el esponente por tener indicios seguros y de testigos, de que obran en este sentido..."
Sin embargo, mosén Joan Alsinet no calló, y en su defensa dijo que lo atribuía a las exigencias que había hecho para mejorar las condiciones de los enfermos: " La extraña petición de D. Eusebio Nicolau debía venir apoyada con pruebas irrecusables porque solo así fuere justo recriminar mi conducta y amonestarme severamente. ... se permite calificar mi conducta de falsa, añadiendo que he sido expulsado del establecimiento por justas razones y causas que calla por decoro a mi clase. He aquí una injuria grave... Mi separación del establecimiento que ha coincidido con la de otro dependiente del mismo, se debe tan solo a las quejas de continuo presentadas por mi... para que mejorase como a mi juicio debía la asistencia de los infelices maníacos".
Las razones del sacerdote no convencieron al obispado, que abrió un procedimiento indagador sobre su conducta con relación a la mujer del municipio de San Baudilio de Llobregat, puesto que existía una situación de escándalo público.
El expediente disciplinario es incompleto, si bien figuran las declaraciones del párroco de la Parroquia de Sant Baldiri, de San Baudilio de Llobregat (actual Sant Boi de Llobregat) y de otras dieciocho personas del municipio, que en algunas ocasiones no ratificaban las primeras manifestaciones, mientras que el párroco maniestó haber oído comentarios sobre las relaciones reprensibles entre mosén Joan Alsinet y la mujer, pero que directamente no sabía nada. (3)
Si bien el expediente no contiene la resolución final, puede deducirse que debió de finalizar de manera aceptable para mosén Joan Alsinet, puesto que poco después se le localizaba ejerciendo sus labores religiosas en el manicomio Nova Betlem, de Gracia, municipio que años más tarde se anexionaría a Barcelona.
(1) J.L. Ausín Hervella. Antoni Pujadas, metge i politic del segle XIX. Barcelona. 2000.
(2) Diario de Barcelona. Edición 16 de enero de 1856, pág. 452
(3) Archivo Diocesano de Barcelona. Legajo Parroquia de San Baudilio de Llobregat.
1 comentario:
La carne siempre ha sido débil.
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