domingo, 22 de marzo de 2009

LA "NOVIA DEL SOL" O DEL MANICOMIO DE SAN BAUDILIO A LA TUMBA, POR AMOR AL ASTRO REY


Hace algún tiempo, encontré la referencia de un artículo, "La Novia del Sol". Su autor, el Dr. Antonio Pujadas y Mayans, fundador, propietario y director del "Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat" lo había publicado el 20 de noviembre de 1863. Hasta ahora no he podido encontrar el medio de difusión en que apareció este artículo, pero sí que he localizado una interesantísima aportación de aquel contenido, en el periódico "La Vanguardia", del lunes, 22 de enero de 1883, páginas 8 y 9, y del que es autor Ildefonso Antonio Bermejo. Lo titula " LA ENAMORADA DEL SOL", y mi aportación, a partir de este momento, se limita a reproducirlo textualmente:

"De lo que vamos á narrar, sabemos que existe un diario muy curioso en el famoso establecimiento de alienados de San Baudilio de Llobregat.

Erase una joven hermosa, hija de padres bien nacidos y acomodados, impresionable, en extremo nerviosa, tenía un amante, era su prometido; se amaban entrañablemente, estaban próximos á unirse en lazo eterno, pero un derrame cerebral llevó á la tumba al amante, y la futura esposa quedó envuelta en su dolor y sin esperanzas de que el cielo le proporcionase mejor compañero.

La joven había recibido una brillante educación; discurría con el aplomo de un filósofo y desde que murió su amante, se entregó á la melancolía. Vistió luto riguroso, y prometió llevarle hasta el sepulcro.

Vino á su naturaleza un insomnio pertináz, que aprovechaba la desconsolada joven en estampar sus ideas lúgubres y en apuntar pensamientos y máximas sobre la vida de los desgraciados. Los padres quisieron separarla de esta manía, porque creyeron, como los médicos que la observaban, que todo cuanto verificaba esta desgraciada era el preludio de un delirio pertináz.

Ni las distracciones, ni los viajes disiparon la tristeza de la paciente, y la costumbre de escribir y de pensar sobre un mismo tema la llevaron al fin á la locura. Razonaba sin disparatar, coordinaba sus ideas, pero dejando entrever que aquella cabeza había perdido la armonía de la razón.
Sus padres la propusieron otro enlace con un joven tan apreciable y distinguido como el que había perdido, y ella respondió:

-- No puede ser; ya he dado mi corazón á otro sér que no morirá.

Y sonreía para expresarlo.
Los padres procuraron averiguar quién era su nuevo amante, y la enamorada se reía al notar las investigaciones de la familia. La rogaban que revelase el nombre del afortunado galán, y la demente respondía:

-- No puedo, no tengo su permiso, es un secreto que llevaré hasta la muerte.

Notaron que todas las mañanas al amanecer bajaba al jardín y saludaba la aparición del Sol con demostraciones de alegría, y cuando el cielo se nublaba lloraba amargamente, y cuando reinaba la tormenta se desesperaba y pedía misericordia y perdón.

Como no había perdido la costumbre de escribir todas las noches, una vez sorprendieron su correspondencia, que ella encerraba misteriosamente, y encontraron una carta que decía lo siguiente: "He perdido lo que no volverá. Dios le tenga a su lado...El goza y yo lloro... miento, que ya he dejado de llorar...Sol de mi vida, rey del cielo, sin que yo supiera que valía tanto, te acercaste á mi lecho en la mañana del 3 de abril... En un principio creí, perdóname, que tus propósitos eran traidores, que venías á profanar mi castidad, y me espanté de tu atrevimiento... Pero noté después la timidez con que penetrabas por las rendijas de mi persiana, la pausa y el miedo con que poco á poco invadías mi cama... Me senté para impedir un arrebato y defenderme; iluminastes mis manos, te posastes en mi pecho, subistes á mis mejillas, pero no escuché el estallido del beso... Te tuve lástima, y tomé la iniciativa... Salté del lecho, me puse lo más primoroso de mis vestidos, saqué las flores de mi jarrón y me adorné para darte placer... Tus rayos se posaron en mi espejo, y me galanteaste, y escuché que dijiste: "¡Qué hermosa estás!". Desde entonces te amé, y me dijistes "Amame que soy eterno; mi condición es invariable, yo te visitaré todas las mañanas, tempranito, cuando tus padres duerman, para que no se enteren de nuestros amorios..." Te he visto entre las flores... No las quieras tanto... quiérame á mi; como yo te quiero á ti...como mis padres estaban á mi lado, no podía manifestarte mis quejas, no quise que supieran nuestro amor...¡Bendito seas!"

Por estos apuntes y otros que omitimos descubrieron los padres de esta infortunada que su querida hija estaba enamorada del Sol.
Por eso notaron que cuando las nubes ocultaban los rayos del astro luminoso, la demente entraba en un periodo de acerba desesperación.
Pero vino un día tempestuoso; la joven creyó que su amante estaba enojado con ella y se arrodilló, protestando de su inocencia. Pero llegó la noche, y lució en un cielo azulado, la esplendidez de la luna, y exclamó la loca:

-- ¡Esa es la causa de mi tormento!, ¡Me abandona, me deja!...

La enamorada del Sol tenía celos de la Luna, y la revelaron los siguientes apuntes:

"¡Qué dulce es la soledad cuando el corazón está herido de muerte!. Y más dulce todavía cuando la que sufre no ve el objeto aborrecido que la atormenta. Ya te vi en las primeras horas de la noche caminar magestuosamente por el azulado firmamento gozándole en mi derrora, ¡MALDITA LUNA!. poco tiempo durará tu triunfo... Pronto se convencerá el Rey de los astros de que no he pecado, de que mi inocencia es tan patente como sus purísimos rayos, cuando fecundan el fruto sazonado que alimenta á los mortales... ¡Te desprecio, Luna endemoniada, que no eres digna de mi odio!.

"Quiero dirigirme ahora á mi dueño idolatrado...

"Me retiro al lecho, Sol hermoso. Quiero darte mi último pensamiento... ¡Ingrato! ¿Por qué me dejas llorar?. ¿No te mueven á compasión las lágrimas de esta desgraciada?. ¿Por qué acaricias con tus atractivos á esa compañera, que solamente es vistosa durante la noche?. ¿Te seduce su vestido de plata?. desconfía de toda aquella mujer que busca la lobreguéz de la noche para engalanarse. ¿No la oscureces tú cuando se atreve á visitarte de día?. Amame, Sol querido; encanto de mi existencia... Adios; me voy al lecho... Despiértame con tu acostumbrada sonrisa... Invade mi dormitorio con tus dorados reflejos. Tu luz alumbrará á los mortales y reparte el contento. Tu majestuosa salida saludan las canoras aves y los pintados pajarillos... ¡Ay de mi!. ¡Huye, Luna maldita!. Sol, Sol querido, recibe mi suspiro blanco y archívalo en tu excelente corazón".

De este modo se expresa la enamorada del Sol; ya vén nuestros lectores que si la idea fundamental de sus discursos era errónea y extraviada, sus frases eran correctas y armoniosas la hilazón de sus pensamientos. Los médicos que analizaron su dolencia la calificaron de mania razonadora.

La enamorada del Sol prosiguió dando señales repetidas de sus amoríos con el rey de los astros. Sus alucinaciones fueron cada vez más acentuadas, especialmente cuando imperaba la tempestad. La exacerbación llegó, con el andar de los tiempos, á un extremo tal, que los padres tuvieron que encerrarla en San Baudilio de Llobregat, donde frecuentemente la visitaban.

Dejó de cartearse con el Sol, se limitó á los diálogos y á las imprecaciones con su amante y con su aborrecida rival. No hubo manera que volviese al dominio de la razón. Sus ímpetus llegaron á ser hasta agresivos contra las personas que la rodeaban, y la camisa de fuerza fué el principal objeto de reposo.

Extravióse la vista, desapareció el carmín de sus mejillas; enflaqueció de una manera dolorosa, y, durante el largo período de su enfermedad, vino degenerando aquella naturaleza hasta llegar al idiotismo...y, últimamente, vino la postración, la parálisis... y la muerte en lo más florido y lozano de su edad".

(1) Periodista, historiador y autor dramático. (Cádiz, 1820 - Madrid, 1892)

15 comentarios:

Manoli dijo...

Joan, gracias por avisarme de que habías puesto esta historia en tu página.La he leído ya dos veces. Es una historia triste y conmovedora. ¡Qué manera de sufrir esta pobre muchacha!. Un amor imposible que le costó la vida. Patético.

Joan Vendrell i Campmany dijo...

(1) Esta llamada, con que finaliza el texto, corresponde al autor del artículo, que ya citamos en su inicio.

Anónimo dijo...

Esta historia me recuerda que mi madre me había contado que su mejor amiga en el pueblo cuando eran todavía unas adolescentes se arrojó al paso del tren porque su novio la dejó para luego casarse con otra.

Núria dijo...

Quina història més commovedora, gràcies Joan per compartir tot aquest material.

Anónimo dijo...

Que historia!, está llena de amor, locura y entrega; su mente era capaz de reproducir y acertar con tanta realidad, las cosas más irreales "que fantasía tan hermosa", ella vivió para sanar sus heridas; de veras que fue un amor muy bello que llenaba sus sentidos; ese hombre era parte de su mundo, del mismo de donde no se atrevió a salir, era tan grande que se lleno de el en cada cosa, y la luz de sol la hizo sentir amada, eso es muy bonito, yo soy amante del sol; y los días nublados o fríos me ponen triste, seguramente ella en los rayos del sol y en su imponente presencia, sintió el susurro de su amor...

Gracias Joan por compartir esta historia tan hermosa, que no olvidaré jamás.

elmarge dijo...

Joan.... Una història que faria les delícies d'algun director de cinema... La realitat supera la ficció ...
Salutacions

Unknown dijo...

Gràcies per compartir tantes històries. Encara no et decideixes a escriure un llibre?
Una abraçada

Anónimo dijo...

Aquesta historia es conmovedora i m'ha fet reflexionar molt sobre les persones amb malalties mentals. El mon no es fa la idea del suport que necessiten aquests germans nostres.

Anónimo dijo...

Es molt conmovedora aquesta historia, molt significativa de lo que vol al ser humá, sencillament: volgué i ser estimat. Si ans pases
a nosaltres ¿Quina sería la nostra
reacció?. Lo millor es sempre;
continuar la vida, i lo pasat pasat, guardan al cor els records
viscuts,i procuran ser feliç amb altres personas que també sigui posible.
Pues Joan, as triat una historia
tendra i dura a la vegada, pot ser per apendra als sers humans.

Emili

jordi dijo...

Hasta donde se puede llegar por amor....

Anónimo dijo...

Hay una historia detrás de cada enfermo y cada enferma que ha pasado por el psiquiátrico de Sant Boi, pero dudo de que haya alguna que supere a esta. Un drama el que vivió esta mujer joven y que no quiso compartir con nadie y que sólo el descuido de un día, que dejó sus anotaciones sin guardar, permitió conocer el origen de sus males.

Anónimo dijo...

Aquesta nit m'has ajudat ha omplir el cor amb una mica mes d'amor.
Gracies Joan.

Macs dijo...

Gracias Joan. Qué historia!!!! Maravillosa... Un abrazo, Amalia.

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Estimado Joan.

Muchas gracias por compartir con nosotros tan emotiva historia. Por le sirve de algo y aportar un granito de arena al blog, ahí va lo que yo sé de esa historia, con un final algo diferente. No sé donde pudo publicarse el caso de la joven enamorada del sol en esa fecha del 20 de noviembre de 1863 que cita ¿dónde encontró la referencia? (por intentar seguir investigando el origen).

Hasta donde yo conozco, el texto original fue publicado en "La Razón de la Sin Razón", revista publicada por los "señores pensionistas del instituto manicómico de San Baudilio de Llobregat", dirigido por el Dr. Pujadas, que fue quien firmó el texto original.

"La Razón de la Sin Razón" se públicó en dos épocas, unos pocos números entre 1865-66 y posteriormente entre 1879-81. Varios de esos números parecen haberse perdido para siempre, y probablemente el que incluyó el de "la novia del sol" desafortunadamente está entre ellos. De todas formas sabemos de su existencia al menos por dos referencias que he encontrado entre las publicaciones periódicas de la época. La primera en el diario "La Iberia" (16/07/1865), que anuncia la reciente publicación de un número de "La Razón..." donde se hace referencia muy resumida del artículo, y poco después en el semanario "La Soberanía Nacional" (23/07/1865) que parece reproducir el artículo al completo, algo más extenso que el texto de 1883 de Bermejo, pero sobre todo con un final menos dramático, ya que la paciente al parecer sanó de sus lunáticos amores (en este caso en un contradictorio sentido) al observar inesperadamente el eclipse de 1860. Es evidente que los objetivos del director de la institución eran muy diferentes al los del autor dramático.

Y comentando un poco más allá del caso que nos ocupa, la revista de San Baudilio publicaba regularmente una columna titulada "episodios de locos", que fue reproducida, a veces con objeto de irrespetuosa diversión, en los más diversos medios periodísticos con quienes se intercambiaban ejemplares.

Y por si alguien quiere conocer algo más de la revista aludida, aquí podrá leer sobre ella y ojear su primer número reproducido:
En formato html: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352015000100017
O en formato pdf tal y como se imprimió: http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v35n125/historia.pdf

¡Un cordial saludo!

Joan Vendrell i Campmany dijo...

Muchas gracias Dr. Martínez Azumendi por sus siempre interesantes aportaciones y por las atenciones en hacerme llegar estos dos importantes documentos, que voy a leer con mucho interés y detenimiento.

Normalmente, y como debe de ser, siempre incluyo, al final de mis aportaciones, la procedencia o fuente de consulta. En el caso de que nos ocupa no lo puse atendido que en el primer párrafo del blog, ya dejaba constancia de que me limitaba a reroducir lo publicado en "La Vanguardia", del lunes 22 de enero de 1883, en sus págins 8 y 9, del que era autor Ildefonso Antonio Bermejo, bajo el título de "La enamorada del sol", quedando así relacionada la procedencia.

Existen muy pocos números de la revista "La razón de la sin razón". Yo dispongo de algunas copias de los ejemplares que se guardan en la Bibliotecva Nacional de Catalunya, en Barcelona. En el transcurso de la Guerra Civil española se destruyeron y en consecuencia desaparecieron muchas documentaciones que se guardaban en los archivos de los hospitales psiquiátricos de Sant Boi de Llobregat (en aquella época "Vilaboi"), y de ahí que, en muchas ocasiones, estos "lapsus" dificultan, y mucho, la labor investigadora de las personas implicadas en estas importantes dedicaciones.

Una vez más, muchísimas gracias por todas sus muchas e interesantes aportaciones.

Muy cordialmente.

Joan Vendrell Campmany