miércoles, 10 de febrero de 2016

CARACTERÍSTICAS DE LOS ENFERMOS ASILADOS EN EL SANATORIO FRENOPÁTICO DE NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT, DE SANT BOI DE LLOBREGAT, A FINALES DE LA SEGUNDA DÉCADA DEL PASADO SIGLO XX.

Portada de la publicación.



En octubre de 1929 el director del Sanatorio Frenopático de Nuestra Señora de Montserrat, de Sant Boi de Llobregat, Dr. Antonio Rodríguez y Rodríguez-Morini, escribió un interesante trabajo,  a instancias del Padre Guillermo Llop, provincial de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios , en España y América, y que se publicó mediante el patrocinio prestado por el Padre Justiniano Valencia, Superior del referido Sanatorio Frenopático de Nuestra Señora de Montserrat.

El autor del trabajo se limita a explicar, de la manera más concisa posible, la fundación y el desarrollo del antiguo manicomio, y a referir, también someramente, como és, estática y dinámicamente, el moderno establecimiento para personas enfermas de la mente, ilustrado con profusión de fotograbados y con un plano general de la institución

En sus últimas páginas, refiere las características de la población vesánica asilada, y lo explica en estos términos:

"Actualmente el número de enfermos asilados por la beneficencia pública es de cerca de mil cien, casi el doble de los que se albergaban hace diez años.

Esta población asilada está constituída por elienados de todas clases y de todas condiciones sociales, procedentes de todas las provincias españolas (escasísimo número de extranjeros), recluídos, en su mayor parte, por cuenta de las Diputaciones provinciales de Barcelona, Lérida, Huesca y Soria y los Ayuntamientos de Barceloma, Tarrasa y Sabadell. Existen, además, algunos marinos de guerra, colocados por el Estado; un pequeño número de antiguos soldados, repatriados de Cuba y Filipinas, y algunos indigentes que sostiene gratuitamente el Sanatorio.

El 60 por 100 de los asilados de beneficencia son enfermos crónicos o agnésicos (paralíticos generales, epilépticos, dementes seniles, idiotas, imbéciles), absolutamente incurables, que pesan fatalmente sobre las estadísticas demográficas. Otro 25 por 100 está formado por dementes precoces, paranóicos y degenerados con episodios psicopáticos, que sólo ofrecen alguna probabilidad de mejoría o de remisión sindrómica. Y los restantes ( no más de un 15 por 100), si bien sufrieron en  su principio psicopatías de forma aguda (infecciosas, tóxicas, traumáticas, etc., etc.),  de pronóstico curable, llegan muchos de ellos al establecimiento en tan deplorable estado psíquico y somático, por el tiempo transcurrido desde que se inció la enfermedad hasta que se consiguió la hospitalización del paciente, que cuando ingresan en el Sanatorio se les puede ya calificar de enfermos crónicos, perdiendo, por lo tanto, casi todas las probabilidades de curación.

Así se explica que sean en número tan reducido las altas por curación que se han concedido en este establecimiento desde hace muchos años ( de un 3 a un 4 por 100 en el último quiquenio). Se prodigan, en cambio, las salidas temporales ( de un 10 a un 15 por 100) a enfermos notablemente mejorados o con remisión sindrómica, que pueden, sin peligro probable, vivir con sus familias y hasta dedicarse a sus trabajos habituales. Estas altas se conceden por tiempo indeterminado, teniendo la inmensa ventaja, sobre las definitivas, de que el enfermo puede reingresar en el establecimiento en caso de recaída o agravación de su dolencia, con un sencillo certificado médico, sin necesidad de instruir un nuevo expediente de reclusión, vejatorio, complicado y largo, que exigen las disposiciones vigentes para recluir por segunda vez a un presunto alienado que hubiese salido en concepto de curado la primera vez que estuvo recluído en un manicomio.

Para obviar estos inconvenientes legislativos, perjudiciales siempre a la salud de los pacientes, es por lo que se conceden  en este Sanatorio más salidas temporales que altas por curación, resultando en realidad iguales, prácticamente, para los intereses de los asilados lo mismo unas que otras, con la sola diferencia, puramemte formulista para los efectos de la brillantez de las estadísticas, de que las cifras de curaciones registradas en este Sanatorio, en los asilados de beneficencia, resultan muy inferiores a las que se adjudican públicamente otros establecimientos frenopáticos españoles y la mayor parte de los extranjeros.

Como compensación a esta aparente inferioridad en las curaciones, las cifras de mortalidad de los últimos diez años también son en este Sanatorio muy inferiores (de un 9 a un 10 por 100 anual) a las que corresponden a nosocomios que albergan enfermos crónicos, viejos, valetudinarios y caquécticos, que forzosamente tienen que pagar gran tributo a la muerte.

Las defunciones han sido ocasionadas (en el último quinquenio), principalmente, por hemorragias cerabrales, enteritis tróficas, comas epilépticos y caquexias nerviosas y seniles. Por fiebre tifóidea se han registrado poquísimos casos, pues esa enfermedad desde hace tiempo sólo se ha presentado en San Baudilio con carácter esporádico. Ni de viruela, ni de sarampión, ni de escarlatina, ni de difteria, ni de tifus exantemático, se ha observado un solo caso en los últimos 15 años.

La tuberculosis pulmonar, azote de Manicomios y de toda clase de asilos donde hay hacinamiento de enfermos, ha sido muy reducida en este Sanatorio, debido en gran parte a la gran permanencia al aire libre de los asilados y al buen régimen alimenticio a que están sometidos.

Rara vez se ha tenido que acudir a remediar grandes traumatismos producidos por agresiones o accidentes, pero, en cambio, se han practicado muchas intervenciones operatorias para curar diversas afecciones quirúrgicas.

Ha habido que lamentar muy pocos suicidios, a pesar de la enorme masa de enfermos que han pasado estos últimos años por el Sanatorio. Han sido algo numerosas, en cambio, las evasiones de asilados con tendencia a las fugas porque, aun estando sometidos a una vigilancia muy rigurosa, aprovechan cualquier ocasión para salir del recinto del establecimiento"(1)

(1) Rodríguez y Rodriguez-Morini, Antonio. Sanatorio Frenopático de Nuestra Señora de Montserrat. Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. San Baudilio de Llobregat. Barcelona, 0ctubre 1929, Pág. 41, 42 y 43

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           

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