A finales del siglo XIX los periódicos de la época se recreaban en reseñar, con todo lujo de detalles, los ingresos de personas con demencia en instituciones psiquiátricas cuando estas reclusiones eran consecuencia de circunstancias que se prestaban al morbo de la noticia. Los términos que se utilizaban en su redacción resultaban ciertamente de una crudeza excepcional, si bien eran vocablos habituales que, con el paso de los años, se han ido sustituyendo por otros calificativos más adecuados y respetuosos con la dignidad de las personas con enfermedad mental.
El periódico barcelonés "La Vanguardia" publicaba, a mediados de agosto de 1896, una gacetilla informativa, explayándose su autor en calificar a la mujer protagonista de la noticia, con términos actualmente tan hirientes como "infeliz demente" y "loca", pero al mismo tiempo, tan usuales y propios en aquella época. Vean :
"A las cuatro de la tarde de ayer, presenciaron los transeuntes que pasaban por la Granvía, esquina a la calle del Bruch, una escena no muy adecuada á la moral, á la que daba lugar una infeliz demente.
Por fortuna no faltó quien avisara á un guardia municipal, para que procediese á la detención de dicha loca.
Parece ser que la citada demente llegó á esta capital acompañada de su padre, procedente de Lérida, y con un documento de la Diputación de aquella provincia, para que se procediera á su reclusión en el manicomio de San Baudilio de Llobregat.
Conducida á las Casas Consistoriales, el señor Vilaseca dispuso el inmediato traslado de aquella infeliz al mentado Manicomio" (1)
(1) "La Vanguardia" Miércoles, 12 de agosto de 1896. Páginas 2 y 3.
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