
En vista de ello, el Gobernador Civil de Barcelona y su provincia ordenó, de inmediato, al alcalde del municipio, que un veterinario inspeccionase la calidad de aquellas carnes.
Cumplido el encargo, el veterinario practicó las pruebas necesarias y emitió un informe en el que, bajo su responsabilidad, declaraba que el estado de aquellas carnes eran del todo satisfactorias y aptas para el consumo humano.
FUENTE DE CONSULTA
"La Vanguardia", 26 de agosto de 1901. Página 4
1 comentario:
Siempre han habido, hay y habrán personas dispuestas a atacar a las instituciones religiosas en nuestro país, cuya ofuscación no les deja ver la inmensa labor sanitaria y social que están haciendo en favor de las personas enfermas.
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