SIGNIFICATIVA HOMILIA DEL ARZOBISPO DE BARCELONA EN LA EUCARISTÍA CELEBRADA EN LA IGLESIA DEL SANATORIO PSIQUIÁTRICO NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT, DE SANT BOI DE LLOBREGAT (10 DE DICIEMBRE DE 1967)

 El Arzobispo de Barcelona, Dr. Marcelo González, en el centro de la imagen, acompañado del Hno. Francisco Sola, Superior del establecimiento y en segundo tèrmino del alcalde, José Mila Gelabert, junto a otras autoridades, a la salida de la iglesia del Sanatorio Psiquiátrico Nuestra Señora de Montserrat.

Contenido de una parte de la homilía pronunciada por el Arzobispo de Barcelona, en la Eucaristía celebrada en la Iglesia del Sanatorio Psiquiátrico Nuestra Señora de Montserrat, el 10 de diciembre de 1967.

Otra sorpresa al proceder a  clasificar documentos que llevaban algunos años guardados en cajas todavía sin abrir, ha sido el testimonio gráfico  de la visita que realizó el Arzobipo de Barcelona, Dr. Marcelo González al Sanatorio Psiquiátrico Nuestra Señora de Montserrat, de Sant Boi de Llobregat, el día 10 de diciembre de 1967, donde ofició en la Iglesia una Eucaristia concelebrada de la que entresacamos, a continuación,  unos interesantes y significativos párrafos referidos a la relación existente entre la ciudadanía y las personas asiladas en aquel establecimiento, y que paso seguidamente a reproducir:

" Y a vosotros también, Autoridades y Vecinos de esta Villa de San Baudilio de Llobregat. He oído ponderar lo que significa esta Casa para vosotros; con que interés seguís la vida de aquí; cómo vienen grupos de muchachos y muchachas, jóvenes, familiares, a pasar ratos de expansión con los Enfermos. Cómo los acogéis en la intimidad de vuestros paseos públicos, los establecimientos de esta Villa, incluso en vuestros hogares. Como consideráis esta Obra como algo vuestro, como algo que os pertenece, y en cierto modo os enorgullecéis de que de la misma manera que respiran el aire de esta montaña vuestra, así también respiran el cariño y la delicadeza de vuestra amistad.

Continuad así hijos de esta Villa. Haced que sea grande la familia. Que estos pobres enfermos que salen de aquí con frecuencia y llegan hasta vosotros en medio de esas sombras en que se debaten, sigan percibiendo, gracias a vuestro sentido de civilización y de cultura, gracias también a vuestra Fe, los efluvios de esa Caridad y de ese Humanismo de que venís dando pruebas.

Yo hago aquí pública alabanza de este hecho, porque me parece digno de toda exaltación".