Un documento que lleva por título "Puntos relativos al elenco número 11 de la Iglesia del Manicomio de Señoras de San Baudilio de Llobregat", fechado el día 21 de febrero de 1921, y que firma el Capellán de aquel establecimiento psiquiátrico, Ramón Roma y Terradellas, presbítero (1) , recoge uno de los puntos, concretamente el XIV, referido a CONFESIONARIOS, que textualmente dice:
"Hay dos confesionarios, en sitio manifiesto, bien dispuestos, limpios, con ventanillas laterales y éstas con rejillas clavadas, de agujeros pequeños y un velo interior que las cubre. No se cierran con llave. El Confesor observa en hábito lo prescrito en el Ritual Romano. Hay un confesionario en la sacristía para sordos".
Es decir, que para asegurar la intimidad y el secreto en la confesión de las personas asistidas en aquel hospital, que a la enfermedad mental que padecían tenían también asociados déficits auditivos, se les oía en confesión en el interior de la sacritsía, y como es de suponer, con la puerta cerrada, para permitir al confesor elevar el tono de voz para que resultara entendedor a la persona que acudía a confesar, atendido que, en aquella época, no existían los aparatos auditivos que permiten actualmente a las personas con sordera, entender una conversación sin necesidad de elevar en demasía el volumen de la voz.
Obviamente para mi resulta difícil, atendidas las limitaciones de acceso a determinadas fuentes institucionales de archivo y consulta, conocer con exactitud cuando se instaló este confesionario en la sacristía, y quien fue la persona que así lo dispuso.
No obstante, conocidas las numerosas citas documentadas de que se disponen del Padre Benito Menni, referidas a la estricta y fiel observancia, en la exigencia de los más mínimos detalles, de todo aquello que pudiera contribuir a garantizar el respeto de los derechos y la dignidad de las personas enfermas asistidas en las instituciones de su directa responsabilidad, apostaría de manera decidida y abiertamente, con la seguridad de acertar, que fue una de sus muchas iniciativas ordenar que uno de los dos confesionarios de que se disponía, estuviera en la sacristía, precisamente para atender las necesidades de las personas con problemas auditivos, sin renunciar a la posibilidad de que, tal vez, algún día lo pueda demostrar documentalmente, pero, hoy por hoy, no dispongo de más argumentos ni pruebas que esta, que me limita solamente a dar a conocer esta significativa circunstancia.
(1) Ramón Roma y Terradellas era, en aquella fecha, Capellán de la Casa de San Baudilio de Llobregat, desde el año 1913.
Según figura en el mismo elenco, había otro sacerdote, Miguel Castañeda Martí, que desde el mes de junio de 1914, celebraba todos los días la Santa Misa.
Siempre, según recoge este elenco, en aquellas fechas se celebraban diariamente dos Misas , y se daba la Comunión. En los días festivos, por la tarde, se hacía Exposición Mayor y se rezaba el Santo Rosario, la Estación del Santísimo, y se daba la Bendición. Por Navidad se celebraban tres Misas a media noche, y por Semana Santa se hacían las funciones propias del tiempo.
Se cantaba la Santa Misa en las principales fiestas de la Santa Iglesia y en las solemnidades del Instituto.
FUENTE DE CONSULTA
Arxiu Diocesà de Barcelona.
1 comentario:
muy interesante este dato que evidencia una vez más cómo la Hospitalidad lleva a adaptarse a las necesidades de cada persona y a atenderlas de una manera integral. Gracias.
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