miércoles, 9 de febrero de 2022

CIENTOS DE PERSONAS CON ENFERMEDAD MENTAL, FALLECIDAS EN LOS HOSPITALES PSIQUIÁTRICOS DE SANT BOI DE LLOBREGAT, RECIBIERON SEPULTURA EN FOSAS COMUNES DEL CEMENTERIO DEL MUNICIPIO.


 Fosas comunes, en el cementerio de Sant Boi de Llobregat, donde eran sepultadas las personas asiladas en los hospitales psiquiátricos del municipio fallecidas sin que sus familiares tuvieran propiedad funeraria en aquel recinto. Con las sucesivas ampliaciones del cementerio, las nuevas agrupaciones de nichos se construyeron encima de estas fosas.



El actual cementerio municipal de Sant Boi de Llobregat, fue bendecido e inaugurado el día 11 de mayo de 1865, por el obispo de Barcelona, Monseñor Pantaleón Monserrat y Navarro.

CAPACIDAD INSUFICIENTE

Explica Gregorio Gutiérrez Ortolá que" las relaciones sostenidas entre la Junta del Cementerio y el Manicomio, han sido casi siempre tirantes. El alto número de fallecidos en el mencionado Instituto, hacían fracasar  cualquier previsión de ampliación efectuada por la Junta", y cita este ejemplo:" La capacidad del nuevo Cementerio se hará pronto insuficiente. Un elemento no previsto  en el primitivo proyecto, será el causante de esta deficiencia: los fallecidos en el manicomio. Así, el 13 de agosto de 1872 la Junta comunicó al Dr. Pujadas Mayans -- Director del Manicomio -- que debido al alto número de cadáveres de su establecimiento creían que era de su incumbencia el costear  el ensanche de un cementerio que se ha quedado pequeño. Pujadas se negará, aduciendo la igualdad de derechos de los internos con respecto  al resto de ciudadanos. De todas formas, contribuirá con 1.500 reales para la construcción de un osario como alternativa temporal".

Más adelante, y ya en tiempos del Padre Benito Menni, de la Orden de San Juan de Dios, recoge "El 6 de enero de 1898 se firmó un convenio  entre la Junta y la Dirección del Manicomio, referido a las condiciones de enterramiento   de los fallecidos en el mismo. El Manicomio aportará  una cantidad anual de 1.000 pesetas por tal servicio, sin tener derecho  a utilizar el coche funerario para el traslado de cadáveres, el uso del cual estaba sujeto al pago de las tarifas vigentes, independientemente  del pago de la cuenta mancionada."

"El 29 de agosto de 1912 se cede al Manicomio una parcela de 20 m2., dentro del recinto del cementerio, para el enterramiento de sus fallecidos".

"El 13 de septiembre de 1919 se firma un nuevo convenio con el Manicomio, efectuándose un incremento de 250 pesetas a la cuota anual -- de 1.000 pesetas --  que hasta la fecha venían pagando por derechos de enterramientos".(1)

Los entierros en fosas comunes se siguieron efectuando hasta los primeros años de la década de los años sesenta del pasado siglo XX.

LO QUE ESTABLECÍA EL REGLAMENTO.


El Reglamento para el Buen Régimen y Adminsitración del Cementerio de San Baudilio Llobregat, del año 1877, 
establecía lo siguiente en lo referido a las fosas comunes:

Art. 42. No se permitirá enterrar en tierra firme, mas que en las zanjas abiertas á este objeto, cuya profundidad no será menor de dos metros, desterrando desde luego el abuso de verificarlo en hoyos separados.

Art. 43. La hoya comín será dividida en partes iguales, haciendo las inhumaciones, el primer año en la primera, y así sucesivamente en las restantes, variando siempre, no volviendo á enterrar en la primera, si es posible, que no hayan pasado á lo menos cinco años desde que se hubiesen practicado inhumaciones en la misma.

Art. 44. Luego de depositado el cadáver en la zanja, deberá esta rellenarse y apisonarse fuertemente, igualando el terreno para que no presente desigualdades de mal efecto.

De los casos de epidemia.

Art. 48. Se abrirán desde el momento dos zangas de profundidad de dos metros cincuenta centímetros, siendo sepultados en la una los cadáveres que se entierren con ataud, y en la otra los que se entierren sin él. Con los primeros se formará una gradería , bastando que estén a una profundidad  de ochenta a noventa centímetros de la superficie de la tierra, colocándose una capa de cal viva de dos centímetros, luego otra de tierra de cincuenta centímetros de espesor, fuertemente apisonada , encima se enterrará  otro en la misma forma y después se rellenará la parte de zanja  que los dos ocupen y se apisonará o igualará el terreno. 
Los segundos ó sean los sepultados sin caja , lo serán en la forma siguiente: Se echará encima de cada uno, una capa de cal viva de quince milímetros de espesor, después otra de tierra  de cincuenta centímetros de espesor, fuertememte apisonada, encima se enterrará otro en la misma forma y después se rellenará la parte de zanja que los dos ocupen , apisonándola bien é igualando el terreno.

DE  LAS MONDAS

Art. 52. Cada cinco años y no antes, en caso preciso se podrán hacer  las mondas en la parte de hoya general en que se haya dejado de enterrar  durante dicho tiempo.

Art. 53. Las mondas, en este caso,se harán en invierno por la mañana, escogiendo días serenos y despejados, y sin profundizar mucho.

Art. 54. Los esqueletos y huesos sueltos que se encuentren en las mondas, serán trasladados al osario común cuando lo haya, en el entretanto se colocarán en una zanja abierta al efecto.(2)

(1)  Gutiérrez Ortolá, Gregorio. "El Cementerio Municipal de Sant Boi. Evolución histórica".  Mecanografiado. Sant Boi de Llobregat, 23 de julio de 1936.

(2) Reglamento para el Buen Régimen y Administración del Cementerio de San Baudilio de Llobregat. Barcelona, 1877.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En tiempo que permanecí en el Sanatorio de Sant Boi, en la década de los años 60 del pasado siglo XX, los pacientes que allí morían, si la familia no disponía lo contrario, (1) se seguían enterrando en una fosa común habilitada expresamente para los pacientes que morían en el Sanatorio. Cabe recordar que un paciente del Sanatorio trabajaba de continuo en cementerio.
En la parte posterior del Sanatorio casi lindante con las tapias del cementerio existía una pequeña capilla habilitada como TANATORIO, allí eran depositados los difuntos hasta la hora de su entierro.
Anexo al tanatorio había un local donde se guardaban ataúdes de madera de pino pintados de negro fabricados en la carpintería del mismo Sanatorio.
(1) En algunos casos no era posible localizar a la familia y en otros el difunto carecía de ella.
A los entierros asistía el capellán y algunos hermanos. Rezándose un responso. Al día siguiente se les aplicaba una Misa.

Gabriel Alenyar Serra.
Desde Alcúdia (Mallorca)

Joan Vendrell i Campmany dijo...

Muchas gracias Gabriel por estas informaciones complementarias. Todo lo que significa conocer nuevas aportaciones ayuda a conocer detalles importantes de aquellos aconteceres que vienen a enriquecer la historia, en este caso, de los hospitales psiquiátricos de Sant Boi de Llobregat.
Un saludo muy cordial.

Francesc Martínez dijo...

Gràcies senyor Vendrell com sempre per tota la seva saviesa.

Per mi i la nostra família, saber una mica més del que va passar amb el nostre familiar mort i enterrat en aquesta fosa, és de gran utilitat i sentit.

Moltes gràcies

Anónimo dijo...

Ben trobat aquest blog en tant que honest, just i necessari. Amb absolut respecte a les persones implicades i compromes, el més humil reconeixement d'estima i honor cap a cada una de les persones enterrades i els seus éssers estimats