6 DE JUNIO : 166 ANIVERSARIO DE LA INAUGURACIÓN OFICIAL DEL INSTITUTO MANICÓMICO DE SAN BAUDILIO DE LLOBREGAT.

 Dr. Antonio Pujadas y Mayans, propietario, fundador y director del Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat. ( Igualada, 21 agosto 1812 - Barcelona, 28 abril 1881).

Casa de Baños y Manicomio, en la barcelonesa calle de la Canuda, 31.

El Dr. Antonio Pujadas y Mayans inició su etapa de alienista  en el  número 31 de la calle de la Canuda, esquina con la calle de Bertrallans, de Barcelona, que inicialmente  dedicó aquel establecimiento a casa de baños, y posteriormente, en el año 1852 lo amplió como manicomio, anunciándolo en los periódicos de la época.

Sin embargo un año permaneció como manicomio, atendido que las quejas de los vecinos y las disposiciones legales, obligaron al Gobernador Civil de Barcelona, Melchor Ordóñez a requerir al Dr. Pujadas y ordenarle, en el plazo de 24 horas, el traslado de los enfermos a sus domicilios o fuera de la ciudad de Barcelona. Era el día 20 de agosto de 1853 y, en aquel momento, estaba asistiendo  a 16 personas con enfermedad mental.

Ciertamente, la disposición gubernativa fue suscitada por quejas del vecindario, si bien es posible que pudieran intervenir otras circunstancias o factores, atendido que el Dr. Antoni Pujadas, al referirse a este inesperado incidente, consideró conveniente no calificarlo, añadiendo que no era posible expresar el profundo disgusto experimentado, puesto que en tan poco espacio de tiempo no le parecía posible encontrar un local o lugar que reuniera las mínimas condiciones para servir de morada curativa a los orates, si bien admitió que la Providencia, que jamás abandona al hombre honrado en sus empresas humanitarias, le había proporcionado las ruínas de un inhabilitado convento de Padres Servitas.

Unas gestiones ante el propietario del ruinoso convento, el marqués de Santa Cruz de Vilosor, que se lo cedió a la vista de las humanitarias  labores a que sería destinado, permitió al Dr. Antonio Pujadas al dia siguiente, 21 de agosto de 1853, llegar acompañado de las 21 personas enfermas a Sant Boi de Llobregat para establecerse en aquel ruinoso edificio.

De inmediato, y sin descuidar la asistencia y tratamiento de sus enfermos, el Dr. Pujadas inició las obras de reconstrucción y adaptación  de aquel establecimiento en el transcurso de los últimos meses  de 1853 y primeros de 1854, y una vez cumplidos todos los requisitos y realizados los trámites de obligado cumplimiento, redactó el correspondiente prospecto y reglamento.

     Prospecto y Reglamento del Instituto Manicómico 

de San Baudilio de Llobregat.

La Academia de Medicina y Cirugía nombró  una comsisión para inspeccionar el manicomio, compuesta por los Dres. Juan Bautista Foix y José Bremón, quienes el día 31 de mayo de 1854 finalizaron su informe manifestando que "Confesamos, con toda imparcialidad, que si la utilización del manicomio consiste en estar de tal manera dispuesto que se convierta en verdadero instrumento de curación, el del Dr. Pujadas llena todas estas condiciones".

Y consecuentemente,  el martes, dia 6 de junio de 1854, a las 09:00 horas de la mañana se reunieron en el Salón de Ciento de las Casas Consistoriales, de Barcelona, el Capitán General de Catalunya, el Gobernador Civil de Barcelona, el alcalde de la Ciudad Condal, las corporaciones locales y demás personas invitadas y, desde el Ayuntamiento de Barcelona se dirigieron a Sant Boi de Llobregat, siendo recibidos en la orilla del río Llobregat por las autoridades del municipio, donde los invitados  tuvieron que cruzarlo en hombros o en brazos de hombres dispuestos a este fin, lo que no dejaba de resultar un insólito espectáculo muy original, atendido que la barca existente no llegaba al centro del cauce. Una vez en el  establecimiento, después de descubrirse la estátua de Pinel , el Dr. Pujadas leyó el contenido del prospecto y reglamento del Instituto, que había aprobado el Gobernador Civil de la Provincia, Melchor Ordóñez y después de varios parlamentos recorrieron las dependencias del establecimiento. Finalmente todos ellos fueron invitados con un espléndido banquete servido por un acreditado fondista de Barcelona, regresando al atardecer los invitados a Barcelona, si bien en esta ocasión pudieron cruzar el río Llobregat a través de carros y tablones que ya habían sido  dispuestos al efecto.